“… Un 4 de noviembre de 1991, la Scuola Ugo Foscolo abre sus puertas para poder continuar esa historia de hace más de
quince años, tratando de recordar ese encuentro que hubo cuando aquellos hombres y mujeres que venían de esos barcos
en busca de paz y trabajo, se encontaron con otros hombres y mujeres del otro lado del océano, y juntos inician la huella más
profunda en el camino posible.

Ellos nos enseñaron la verdad del trabajo, del esfuerzo, de la palabra, del respeto, la importancia de poder imaginar, el saber
escuchar, el tener conciencia, que el hoy es el producto del ayer, nos ayudaron a ver lo obvio de la manera más sensible para así
poder encontrarnos con lo más íntimo de nuestro ser que es el alma.

Esos pueblos italiano-argentino, han podido demostrar que la ética y la moral son valores incondicionables, atemporales y
absolutos, y esa es la verdad, con la que se construyen las grandes obras, que pueden hacer los seres humanos en su paso
hacia la historia…”